Rocío de brisa refresca,
la piel de mi sentimiento;
en el balcón no presiento
el temor que él ofrezca.
Un poema, la vida austera;
el que medita se sonroja,
pero, escribe en una hoja
rimas de su vida entera.
Brisa celosa provoca
la musa que acompaña,
y la altura no empaña
pintar con letras tu boca.
Lo que mi boca no expresa
lo habla mi bello soneto;
décimas en el libreto
aparecen con certeza.
Filas de vanas expresiones,
que nunca se pronunciaron,
por la herida supuraron
inéditas decepciones.