jvnavarro
UNA NOCHE MUY RARA
Llamen a la noche como quieran,
ahora que se puede
y aventurar no cuesta nada,
pues quizás en poco tiempo
tocará renombrarla,
y ponerle estrellas más relucientes,
que lleven incorporadas
alta tecnología,
para controlar el tráfico de satélites
de baja órbita terrestre allá arriba
donde nunca pasa nada.
Quizás para salvar la pasión
en las parejas de enamorados
toque esculpir de nuevo la luna,
en forma más abstracta
llenándola de poemas dadaísta
y apagar la llama del sol
con grandes chorros
de pasiones controladas
con grajeas de amor
para la desigualdad humana.
A lo mejor hay que asumir
que ya no somos
los románticos de otras épocas,
y que nuestro mundo choca
con los principios más elementales
de la convivencia humana.
De todo esto que hablo
quedará a poco que el tiempo pase
un perol repleto
de preguntas jamás contestadas,
con no más sustancia
que el eco que se pierde en una montaña,
pero bueno está que se hable
por si a alguien se le remueven
las entrañas y en esto salta y grita,
magia potagia, pata de cabra,
y saca de una chistera
algo con que redefinir
el nuevo tipo de relaciones humanas
a través de las redes
que facilitan el estar cerca en la distancia.
Y le diremos al día, día,
y a la noche la vestiremos
de tela negra de araña,
y contaremos
con toda la fuerza del alma,
como los danzarines enmascarados
de la gran nación apache,
en las tierras chihuahua,
por la noche cantaban y bailaban
por la fertilidad de su raza,
pero nada sabrán hasta mañana
de este poema que ahora
a las doce de la noche se acaba.