Cuando se marchita el amor
y se enfría la pasión,
como un mar de dudas que ahoga tu corazón,
la vida se torna fría y gris.
La fragancia de la flor se desvanece en el aire,
sus pétalos se tornan marrones y caen al suelo.
Tus sueños se pierden en el vacío inmenso,
sin el latido de tu corazón que los impulse.
¿Qué queda en el interior?
Cuando en tu corazón no sientas un puño que te aprieta,
ni seas capaz de pedir perdón ni perdonar,
cuando no sientas frío ni calor, alegría ni dolor
con el canto del ruiseñor.
Cuando tu paladar solo sienta amargura,
tu alma tanta melancolía
que solo tengas ganas de llorar,
de llorar y gritar con todas tus fuerzas.
¿Qué queda en el corazón?
Parece que solo queda, cerrar los ojos y apagar la luz,
dar por terminado lo que una vez fue un apasionado amor.
Pero no dejes que la sombra del pasado opaque el presente ni el futuro.
Recuerda lo bueno, olvida lo malo
que pasó entre tú y yo.
No dejes que el vacío llene tu vida
ni aceptes que se acabó.
Porque el tiempo, aunque fugaz,
te traerá una nueva ilusión.
Cupido con sus flechas
hará latir de nuevo tu corazón
y volverá a tu vida el amor y el color de la pasión.
Deja que el amor te llene de luz,
de calor y de esperanza.
Abre tu corazón al futuro
y deja que el amor te inunde.