En el fuego de tu ser
la pasión está presente,
esa fuerza omnipotente
de un honesto querer;
ese sutil padecer
es ese viento inconsciente,
ese vaivén de la mente
en su constante crecer;
y en el agua cristalina
está la fuente de vida
tu capacidad de amar;
zarza ardiente que se inclina
en ese viento que anida
la delicia de gozar...