DESGARRANTES MELODÍAS
Tus mágicos versos son ese dulce veneno que cautivan mi alma
y me sumergen en el fantástico néctar del recuerdo.
Mi corazón aparece completamente desnudo y vibra a máxima
velocidad sin control alguno.
Aquellos momentos, aunque han quedado en el pasado,
aún mantienen vigencia en mi deteriorado ser como esa nave
que retorna al puerto de partida.
Tus notas causan dolor, pero también alegría al hacer remembranza
de los preciosos instantes que nunca más volverán.
Mi fatigado corazón regresa a los períodos espléndidos de mi juventud
y acelera sus pulsaciones como potro salvaje en desbocada carrera.
Una inesperada lágrima aparece en mis mejillas como tímida novia
en la ventana, cuando escucha en la oscura noche la romántica
serenata de ese, su amado.
Mi indómito espíritu se niega a claudicar, aunque esté arrinconado
por aquellos desalmados recuerdos.
En diversas ocasiones tus inolvidables acordes son un desahogo,
pero torturan mi razonamiento y ayudan a limpiar este desgastado
corazón trayendo consigo una prolongada paz.
Jaime Muñoz, marzo 23 de 2024