Si estuvieras aquí segura estoy que con la diestra
pintarías escenarios de regocijo donde subsistir.
Cada letra trazada sería un precio del aliento
de esos que se queda en las almohadas,
construirías los sueños…
Te amarrarías la piel a las ganas de existir,
si estuvieras aquí crearías nuevos amaneceres
en piel o papel, porque en tus ojos claramente
se vislumbraba que sabias disfrutar la sencillez.
Si estuvieras aquí, conversarías poco
escuchando para reaprender, sin ver que tú
enseñabas con la modelación y no la charla.
Tu pincel retrataba tu alma, utilizando el negro,
Para resaltar la forma, el rojo para enardecer todo,
el blanco de tus manos amasó
el talento, la paciencia y el silencio.
Pero, te moriste regresaste al color del cielo
¿Quién iba a decir que el amarillo, el ocre
habría de pintar de nuevo tu universo?
Descansas sobre la Tierra y vives en los recuerdos
Embriagados en el interior de los propios anhelos
podemos hallar una lágrima que desaparece
con el tiempo, y que sigue conquistando
como las flores cuando se marchitan
y ese color amarillento sigue en clavado a las pupilas,
como la pluma de un ave que al caer mantiene
en el color la vida, seguramente tu pupila percibe
ya los más recónditos de los secretos mas nada
nada has de decirnos porque tu silencio se hace eterno.
Todos habremos de irnos, la Tierra guardará
nuestros despojos, nuestros miedos
conjuntamente quienes somos y nos iremos borrando
borrando de todo recuerdo y, sin embargo, tu
has alcanzado la inmortalidad en la tristeza,
ya cubres de una gama de colores el universo del sentir.