Esto se siente ya en la piel
como un filo al pasearse tan pausadamente.
Tú eres mía
desde que lo decidan altos jueces.
Me ejercito en esta esgrima
que será a lo que me aferre
cuando falten los motivos.
Sigo vivo aunque muriéndome.
Escribo un libro táctico de guerra
para cuando falten fuerzas
saber cómo he de hacerlo.
La verdad es que ya me acerco
a lo que tan profundo duele.
Me hago un hueco yo en tu ausencia
a través de estos papeles...
El silencio los sostiene.
Recomienzo el mismo verso
y me lo pienso incluso menos
que todas aquellas veces
que ya fueron suficientes
para dejarme a mí inconsciente...
Me partiste todos los huesos
ya al irte allí tan lejos
y ahora vienes de repente
a retorcérmelos que puedes...