Aquello que escuchaste,
aquello que oíste del canto
tierno de las aves.
Lo que se dice en las esquinas,
lo que dicen aquellas damas
que se reúnen en el café de la tarde.
Aquello que escuchaste,
aquello que utilizaron
para matarme.
Bórralo de ti,
de tu corazón,
alma y mente.
Bórralo y ven,
vuelve a conocerme.
- Mel