Hoy me encuentro pensativo,
con recuerdos oxidados
y que no han sido borrados,
(quedaron como un motivo).
Añoranzas con que vivo,
siguen teniendo vigencia;
la mesa, guarda su esencia,
y nadie usa aquel plato hondo,
donde se mira en el fondo
el silencio de su ausencia.
Huérfano lejos de casa,
vivo inmerso en la tristeza;
el recuerdo en la cabeza,
a mi corazón traspasa.
¿De qué sirve una coraza
si está sangrante mi herida?
la fecha nunca se olvida;
gestos tristes y emotivos
quedaron como motivos,
de ese adiós sin despedida.
Maikel Mendoza