Después de una larga ausencia
él, le tocó la fibra sensible;
hizo liberara lo que ella siente.
Queria hacer un conjuro,
para que la limerencia
se posesionará de su espíritu.
Queria rozara su desnudez
y ahondara, * en los secretos íntimos *
hasta sentir iba a desfallecer.
Queria que, en las horas de lujuria
él fuese de ella, solo de ella;
y se desbordara, las ganas febril…
Esas mieles de esperanza las truncó
lo tuvo muy cerca y por temor:
sin hacer el amor lo dejó partir.
Él le abre paso a la venganza
el escudo son las horas de distancia,
y al darle la razón, su alma se desalmó.