en un día especial.
Hay cosas que de mí percibes
por los años pasados a mi lado,
cosas que a veces te he contado
y que manan de mi alma sin esfuerzo.
Te quiero, hijo, yo te quiero
y sé que me quieres en tu alma,
me quieres en tu trato cotidiano
y en la sombra viril de tu mirada.
Me llena de orgullo ser tu padre
y es bueno que lo clame y que me escuchen
para que tú que ya lo sabes lo valides
y lo sepan también quienes te aman.
Y quiero pedirte me perdones
esas fallas con que puedo haberte herido,
que yo ya he perdonado alguna tuya
si bien debí buscar para encontrarla.
¡Te quiero hijo! ¿Qué más puedo decirte?
Si la esencia vital de esas palabras
encierra al amigo, al compañero,
y al esfuerzo cotidiano por ser PADRE.
De mi libro “Del ser de mi existencia”. 2018 ISBN 978-987-4004-71-0