Un sábado de fiesta en la noche, fue el mejor momento para encontrarnos.
Un grito con mi nombre me hizo mirar hacía ese balcón, sabía qué eras tú.
La noche mejoraba y que más, pues estaba contigo, mi soñada canela.
Fue una gran velada, donde pude acabar de entender por qué me atraías.
La despedida lo mejor, un pequeño beso en la comisura de tus labios.
Ahí supe que eras tú, y ahí te elegí porqué eras diferente a todas las demás.
Esa diferencia me enamoró y me hizo soñar en formar una familia.
Han pasado un buen tiempo desde ese pequeño beso y aún lo siento.
Pero ese mismo tiempo me ha enseñado qué por siempre serás mí amor.
G3