Quiero desgranar cada gota de lluvia.
Y tumbar muchos relámpagos de los árboles.
Relámpagos verdes y maduros.
Quiero visitar aquella linda mujer.
Aquella que me mira por su ventana.
Y decirle; estoy aquí, mujer divina.
No sé, como se lleva mis pensamientos.
En su corazón de flor callada.
Cuénteme cómo son sus días.
Si son iguales o distintos.
Pero no cierres esos pétalos con forma de labios.
Porque quiero escucharlos florecer.
Con una sonrisa,
tan divina como usted.