Espero en tí, oh Señor Jesús,
El alimento de tus labios
Y la Gloria de tu plenitud.
Espeto en ti, mi Poderoso Gigante,
La fragancia bendita que me hace adorarte
el estruendo maravilloso que me da paz,
la redención que nunca pensé alcanzar.
Espero en tí, esa palabra de aliento,
Que se convierte en alimento
Y se manifiesta en sentimientos.
Ya no puedo seguir
Como lámpara apagada,
Como sal siendo hoyada,
Como soldado sin espada.
Ya no puedo seguir
Escondiéndome en el huerto
Ocultando la afrenta
De mi pecado y mi tormento.
Es por eso, oh Padre mío,
Que te pido por favor:
Abrázame con poder,
Edifícame con amor,
Reconstruye todo mi ser
Y concédeme tu perdón.