Es verdad que las coronas
de todas, la mas conocida,
fue la corona de espinas
sin tener oro ni joyas.
Acaso no fue ese rey
entre reyes, el mas cierto
o no fueron sus proverbios,
la mas consagrada ley
entre vivos y entre muertos.
No nace un rey de riqueza
o luce bella corona,
solo engrandece su gloria
si nació de la pobreza.
Tú eres rey, indiscutible
solo tú, eres quien eres
ni mandaste ni exigiste,
a cambio tu vida diste
para el perdón de tus fieles.
Y es ahora, que te veo
sobre un trono de madera,
en la cruz, sin vida alguna
es ahora cuando siento,
esa rabia, esa pena
de verte como figura.
Que tus heridas talladas
y tu sangre de pintura,
lleguen a estremecerme
que entre riquezas te adornan,
y entre flores cultivadas
o ver tu cara alumbrada
entre velas y farolas.
No eres tú, mi rey.. no eres
a quien rezo a tantas horas,
y no es esa, tu corona
la que te mata y te hiere
no eres tú....
a quien mi alma adora.
Pero estás, no puedo verte
y te noto muy de cerca,
noto en mi tu presencia
y mi fe, mucho mas fuerte.
Y es ahora, que te veo
pasar a hombros alzado,
que entiendo que no es pecado
que llore el mundo al mirarte,
solo tú, eres quien eres
y con eso, es bastante.
Solo tú, omnipotente
entre tablas de madera,
pues si así tengo que verte
lo acepto, que así sea
quien soy yo para negarte?