Aquellos vaivenes del febril amorío de la ronda del sol que se encienden en tus ojos de trigo.ni Afrodita pudo igualar aún tu corazón centelleante de rebozar tanto amor. Todo tarde o temprano sucumbe del estupor sombrío del olvido imperdonable.cierra tus ojos me dijo tristemente al vacío se arrojo!...llevándose consigo mi alma penitente entre sus brazos.amada aquí son mis caminos de espinas y dolor y tú talvez allá en la eternidad entre flores, jazmines y terciopelos.estrella mía ,melodía inspiradora tu risa. Postales de hojas de este otoño de cobre y lentos pensamientos.