El dolor cuando se aloja
en el alma, con su luto,
hijo mío, será el fruto,
de mi ausencia que acongoja.
Y el otoño se deshoja
no lo dudes, ni un minuto,
que el amor es el tributo
y que el alma no despoja.
Madre mía, te comprendo
con tu amor inquebrantable
el que ahora estoy sintiendo
con tu ausencia, que entrañable,
hoy me sigue demoliendo
un dolor insuperable.