Lucy Quaglia
Y no había nada
Y no había nada malo,
nada bueno por mirar,
sin saber si tanta lluvia
llegaría sin parar,
desde el río, la montaña,
y el pueblo de amor con sal.
Las vacunas de la vida
que protegían mi paz,
se vestían de nostalgia
no dejándome pasar
ocasiones delicadas
que me harían recordar
las películas románticas
que miraba sin parar.