Nitsuga Amano

Lluvia de invierno

Bajo la lluvia de invierno, calles despiertas,

el agua fluye, serpentea, como un canto,

susurra entre los adoquines, un misterio,

del cielo cae, un regalo de los dioses.

 

 

Y en las montañas, la nieve se deshace,

sus lágrimas alimentan arroyos tiernos,

que serpentean en la piel de la tierra,

un abrazo etéreo, un sueño hecho agua.

 

 

Cuando el sol, con su manto de oro y fuego,

despierta en la mañana, la nieve llora,

un baile de fusión, de hielo y luz,

un beso ardiente, un amor eterno.

 

 

Y en las cascadas del aire, el agua canta,

un eco de alegría, un lamento dulce,

acaricia mi piel con sus susurros,

y en cada gota, un verso, una vida.