Al Borde de tu Abismo
Escucho,
Oigo,
Percibo,
la Luz Dulce y Gloriosa
que Tuvo una Vez tu Verde Mirada.
Sentires Fútiles, ya Rotos.
Bronces Teñidos de Sombras Enhiestas,
Augustas,
Siniestras,
Vibran quizás, en Milagro.
Y Aquí Fantasma, te Encuentro,
Sin esa Luz Amada de tu Verde Mirada.
¡Tantas Décadas han Pasado!
Ya No soy la Misma
Mi Sombra me ha Acorralado
esa, en dónde Alguna Vez Viví
Y en Dónde Fui Muerta
de Amor,
Asesinada
y Sepultada.
Sé que son Algunos Recuerdos
del Pretérito Pasado,
Esos a las que las Aves del Cansancio
les Crecieron por Años, Inmensidades de Alas.
Diosa Palabra:
\"Amor\"
que Sólo Visita y Desviste lo Imposible,
Fugaz y
Quimérica.
Que Endulza y Carcome tu Alma.
Mostrame Ya! la Muerte
con esa tu Doble Cara.
Estatua de Piedra,
que ya Decir No Puede
la Diosa Palabra.
Entre los Senderos Furiosos
y los Surcos Abiertos
a los Dolores del Orbe,
Olvidaré por siempre tu Nombre
Sembrando de Mares y Vientos
Aquello, lo Vivido
que Simplemente
Surcó el Voraz Infinito,
Se Hundió en la Nada.
Se Tumbó en el Olvido.
Ya de Libertad-Muerte,
mi Alma se Eleva,
Mientras Cruje Sin Silencios,
Al Borde Filoso
de los Siglos.
(Patricia)