No esperaba que el sol, estuviese también presente,
pues amigos y familiares todos juntos allí estuvimos,
recordando aquellos días, pero hoy tú estás ausente,
no pensaba este momento, te recuerdo cuando viajábamos.
Como nunca esa tarde nos entregaba un sol cálido y fuerte,
y te vimos llegar muy lento a recoger “dicen” tus pasos,
maldigo este destino y también a la cruel muerte,
porque te llevo una mañana a recorrer otros caminos.
Yo te vi pasar muy lento, mis lágrimas se cayeron,
no pude decirte adiós y nunca lo podré hacerlo,
porque te divisaste pronto buscando a los que te amaron,
alguien desde una ventana te miró y no pudo creerlo.
Todos nos mirábamos confundidos, tratando de entenderlo,
lento, muy lento llegabas y en tu puerta te esperaban,
tus hijos, tu compañera, y todos quisimos negarlo,
pero estabas ya en un ataúd, escuchando lo que lloraban.
Quien me dirá: hola “Cofi”, si apresuraste tu partida,
todos te estamos mirando con lágrimas en los ojos,
quien acompañara mis viajes y se deleitara sin medida,
ya no tendré aquel hermano para recibir sus consejos.
Es tu viaje sin retorno que este mal te ha ofrecido,
pero tenlo por seguro que vivirás en nuestra mente,
cada viernes por la tarde o el martes que hayas elegido,
volveré a tocar tu puerta, preguntando por el ausente.
Gratos recuerdos nos dejas, tu entusiasmo, tu alegría,
adiós mi “Lato” querido de tantas verbenas compartidas,
ayúdame a romper esta tristeza, has que pase pronto el día,
pues me viene al recuerdo, momentos, que me causan heridas.
Comas, 4 Setiembre 2020