Pinguy

EL ROSTRO DE CRISTO

En la cara de Cristo aflora una pena

la de verse traicionado y alojado en su condena.

Él dejó a nuestra merced su vida, 

todos sus pasos quedaron olvidados

y haciendo caso omiso a su maravilla 

fue asesinado por el humano malvado. 

 

En la faz de Cristo se refleja su bondad,

es portentosa, sin importarle el qué dirán, 

de todo su ser emana y te hace olvidar

lo que irremediablemente te conlleva a la maldad.

 

Su cara es el vivo espejo de su palabra

la que muestra la Verdad como por arte de magia,

la que te llena el alma y te confiere una nueva enseñanza.

El rostro de Cristo está afligido

¡Qué no daría yo por verle revivido!

y que junto a Él sigamos el camino prometido 

para ver todos nuestros sueños cumplidos.