Hoy tus pétalos contemplo caer
sobre la tierra que te vio nacer,
una mano traicionera
con gran osadía te arrancó,
no le importó tu vida
y te puso en un jarrón
para adornar su sala
Rompiéndote el corazón,
allí marchita y triste
terminaste de morir,
dejando al lirio apenado
recordando tu aroma y color,
pues eras la rosa más bella
que jamás se creó,
enamorado estaba de ti
pero esa mano ingrata
de cuajo la arrancó
sin saber que al lirio
también lo mató,
al quedar desangrado
su apasionado y afligido corazón.
Elena ©