¡¡JESÚS!!
Un brinco pega en mí sobre la acera
mi corazón de hierba madreselva.
Un dulce germinar en la pradera
me vuelve más salvaje que la selva.
Las normas que registra aquel lucero
Es ampliamente solo de lo incierto.
Infierno, lluvia y cielo el aguacero
se queda en el camino, libro abierto.
No creo que la muerte y su final
corrijas los errores de lo escrito
fue dicho por un hombre original
muriendo, yo a las pruebas me remito.
La arena del desierto fue su lecho
cuarenta días ayuno y predijo
es gloria de un camino el de tu pecho
si te amas a ti mismo como el dijo.
Por eso soy salvaje yerba buena
por eso yo no creo en los mandatos
Me siento como en la ultima cena
quedando para siempre en los retratos.