Padre, Tú nos redimiste
del pecado original,
del calabozo infernal
real libertad nos diste;
a la mentira, venciste,
con tu abnegación total,
se abrió puerta celestial
nueva esperanza prendiste;
con tu perdón nos mostraste
la grandeza del amor:
auténtico sacrificio;
al resucitar lograste
despertar el fervor
y, de la entrega, un oficio..