Andy Lakota👨‍🚀

SOMOS

HUBO UN TIEMPO QUE...

Hubo un tiempo que fui espera,
el cristal obligaba soledad.
Veinticuatro horas es un mundo
sin gravedad; es necesario 
El caos en la sintaxis para
que el verbo espere aposento.
 La espera nunca es un singular,
pero cuando te toca nunca ves
la muerte: adjetivo bien esperado
no puede faltar en un verso 
para la agonía del nunca.

Todos esperamos: esperamos
a una madre, a un padre, 
a los hermanos; lo único que
cambia de igual a igual
es la espera: personal,
intransferible, delicada,
mimosa, sorprendente.
Todos esperamos,
pero no todos tienen un cristal
obligado y qué no venga
la muerte a completar
la estrofa de: amar es 
parar de esperar.

Andrés Lakota.