Ani, Grey, Stella, mis hijas,
sus nombres van por orden
de aparición, de acuerdo
a como la cigüeña me las trajo.
Porque Dios en su sabiduría
me las mandó gota a gota,
para que no me mate el alegrón,
pues, por duro que sea mi corazón
no habría resistido la llegada
de las tres, unidas por el cordón,
A esta altura de mi vida,
agradezco a Dios, porque la felicidad
que me acompañó en mi largo recorrido,
lleva grabado sus nombres,
a ellas les, debo todos y cada uno
de los momentos vividos bien
Cada una a su manera,
con su cariño y dulzura
son las flores más apreciadas de mi Edén
Llegaron con su ternura y amor
para llenar los huecos profundos
que abrió el destino, en mi corazón
Hoy con su constante presencia
cubren los vacíos que dejan en mi vida
los seres muy amados,
a los que Dios lleva a su lado.
Mis largas horas de soledad,
no son tantas cuando no están conmigo,
porque las recuerdo en todo momento.
y no sufro, desapego ni desabrigo
Les debo además el plus
de sus hijos, mis nietos y bisnietos
que vinieron al mundo,
para llenar mi cartón