No es justo para ti que me veas de esta manera,
Que me sientas como se siente una herida
Que se ha dejado abierta como se dejan las puertas
Para el amor de tu vida y el amor de la mía.
No es justo que me sientas tan ligero y de otro mundo
Como un fantasma en su penuria andando
Como quien anda en verano buscando
El frío del invierno y no el frío de andar desnudo.
No es justo para ti que entre más me quieres
Más dejo de quererte, y es que no puedo soltarte
Porque creo que vas a romperte
Si digo que te alejes y que mañana no podré verte.
Déjame dormir,
Déjame morir.
No es justo que después de tanto, todo haya sido suerte
Y que los sucesos inesperados fueron rayos de luz
Que no me dejaban verte,
Porque hoy quiero abandonarte, dejarte a tu suerte.
Siempre quise la oscuridad de la muerte,
Romperme la cabeza contra las rocas de los acantilados
Y que el oleaje de los mares me llevase a sus rincones
Más olvidados o que un calamar gigante me atrape
Y se lleve mis restos a las profundidades
Quiero, vida, irme tan lejos y escurrirme de entre tus dedos,
Que nada pueda salvarme,
Que nada pueda interrumpirme
De mi sueño, de mi muerte, de este despojo de la carne.