Escribo estas palabras
y las deslizo a lo lejos
dejando entrar entre letras
algún rayo de luz
que se asoma
y huele.
Huele el aroma
del cuento que nace
como el pan tibio
del horno saliente
y caliente.
Caliente de ideas
recién vivas
o de imágenes presentes
que quieren hacerse tinta
para poder nadar
en otra mente.
Así como aquella energía
que no se da
se comparte,
esta energía de sueños
brota del misterio
que se esconde
aquí.
Volar por el mar de fantasías
a veces reales
y mirar
a través del encanto sabroso
emocionante
o confuso
el remolino inmenso
que aflora y se derrama
audaz.
De esto mismo
que hoy escribo
y en este momento
estoy creando
ahora permanezco hablando.
Y en este preciso momento
me dispongo a entrar
más allá del adentro
y dimensionarme en el mundo
que allí encuentre.