Zoraya M. Rodríguez

**~Cuento Corto - La Estrella en el Cielo~**

Cuento Corto: La Estrella en el Cielo

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG




Había una vez una niña llamada Clarita y ésta niña mira el cielo cada vez en la noche desde su habitación. Cuando la niña Clarita ve al cielo, mira en el cielo a una estrella y esa estrella le dice -¨mírame niña bonita¨-, y la estrella cada vez que la niña la mira en el cielo hace un brillo resplandeciente en el mismo cielo. La niña Clarita le gusta ver al cielo por las noches, y el frío condensa más a su piel, y el calor no hay quien lo soporte por el día. Clarita sólo cree en esa luz que hechiza al cielo y al mundo, pero, no, es algo más que una luz resplandeciente cuando la niña mira al cielo y ve a esa luz brillar desde lo alto del cielo. Y la luz de la estrella le dice a la niña, -¨mírame niña bonita¨-, y la niña más y más la mira, desde que en su habitación cree en la luz de luna. Y la luna más y más le dice todas las noches a la niña, -¨mírame niña bonita¨-, y la niña cada vez que la mira hace un rayo de luz, por el cual, se asoma y brilla más y más la luz de luna, cuando por última vez le dice la luna a la niña, -¨mírame niña bonita¨-, y la niña cansada de mirar al brillo de luna, la niña Clarita se convierte en una estrella y tan bonita como la clara de luz de luna en el mismo cielo y la niña brilló como ninguna, pero, ésta vez la luz de nácar de la luz opacó cuando la niña enfermó y sin ver a la luna de luz no brilló jamás la luz de luna en el cielo, pero, la luz prosiguió en decirle a la niña, -¨mírame niña bonita¨-, y la niña por última vez miró a la luz de luna, pero, ésta vez un nubarrón de nubes de tormenta cubrió a la luna y jamás miró a la luz de luna cuando en el cielo una estella se apagó, cuando la niña muere. Y la luna le dijo en voz baja, -¨mírame niña bonita¨-, y la niña abrió los ojos antes de expirar y la niña sólo revivió como la luz de luna resplandeciente en el mismo cielo por donde corre el brillo de la luz de luna. Y la niña todas las noches, le decía a la luna, -¨mírame luna bonita¨-, a lo que la luna le respondía, -¨mírame niña bonita¨-. Y la luna brilló aún más y más y quedó por siempre adherida su luz a los ojos de la niña bonita que le decía que mirara a su luz. Y la niña creció como toda mujer y Clarita prosiguió mirando a la luz de luna, y ni se acordó de aquellas palabras que le dijo la luna y que era tan sólo, -¨mírame niña bonita¨-, y jamás Clarita dejó de mirar a la luz de luna desde su habitación, cuando de pronto, un nubarrón cubrió con su manto a aquella luz de luna y opacó lo que era su luz, y Clarita cerró sus ojos para siempre cuando ya en la senectud sólo quiso y soñó en ser esa magna estrella como la luz de luna en el mismo cielo que corrió en ser como los ojos de luz de la niña Clarita. Y regresó la niña en ser una niña y vivió otra vez, con los ojos de luna y la luz de luna, y la luna le dice a la niña, -¨mírame niña bonita¨-, y quedó por siempre adherida a esa luz de luna como la misma luna todas las noches de luz.   

 

FIN