¿Por qué te escondes en los laureles?
¿Hay algo que deba saber?
¿Cuánto tiempo lo has hecho?
¿Te acuerdas cuando pregunté si ya venías, y justo entraste por mi ventana?
¿No confías en mí?
Querido mío
no te escondas
no huyas de mí.
Te estuve buscando,
incluso antes de nacer.
En el vientre de mi madre,
coseché ilusiones;
quedaron en su vientre
y estas marchitaron
pero no haré eso contigo
no puedo nacer de tí.
Hablaría de florecer contigo,
sin embargo
no me quedan más semillas
pues me las he comido.
¿Aún guardas la que te obsequie? ¿Sabías que era mi última semilla? Quizás no, no tienes porqué.
Dame un beso y planta la semilla en mi boca,
así podré recitarte cuantos versos yo desee
podrás beber el néctar
te dejaría cortarlas
aún si estan atadas a mis cuerdas vocales
tendrás en tus manos
las palabras de amor que quisiera darte.