Se escucha la flauta,
ya suena el tambor,
la fiesta comienza
y tú en el balcón.
Mi rosa querida
que tanto costó,
hacer que nacieras
y vieras el sol.
Ya suena la gaita,
se alza el pendón,
avanza la gente
de la procesión.
Se lanzan cohetes
por popa y babor,
de barcos varados
que esperan su rol.
Hay aires de fiesta
con misa mayor,
carracas al viento
con tono marrón.
Y el beso que el niño
le pide al mayor,
y el padre y la madre
le dan con pasión.
Ya suena la flauta
y rabel del pastor,
hay labios ancianos
que rezan a dios.
Y en otros la risa
se torna en humor,
en labios que piden
y ansían amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/24