Alek Hine

SOMOS EL CENTRO DEL MUNDO (LA TIERRA ES PLANA)

La Tierra es plana y estacionaria —sin más movimiento que el de los seísmos— y está ubicada en el centro del cosmos; precisamente, debido a su inamovilidad, la Tierra no es astro, y menos planeta, pues no es una estrella errante o errática que ande por los cielos.

 

El Sol es un disco fulgurante que orbita a la Tierra —tan pequeño que se puede tapar con un dedo—, lo mismo que la Luna, que tiene un menor brillo. El astro rey sale por el este y se pone por el oeste; prosigue su camino por debajo de la Tierra durante la noche, para volver, al alba, a aparecer por el este y repetirse en su ciclo persistente.

 

Las estrellas son meros puntos de luz fijados al firmamento, el cual, imperturbable, hace su diaria revolución alrededor de la Tierra. Las únicas estrellas que no están fijas a la bóveda celeste son las que denominamos planetas, cuyo étimo significa \'errantes\'.  (Errantes, no solo porque \"andan de una parte a otra sin tener asiento fijo\", sino también porque yerran, incurren en error, no aciertan en seguir el orden de movimiento preestablecido que sí acatan las estrellas fijas incrustadas en el domo etéreo).

 

Todo da vueltas en torno nuestro. Lo constatamos por las noches, cuando observamos el lento giro del firmamento llevando consigo a todos los astros. Somos el centro del universo y, por ello, privilegiados; sin duda, hemos de ser importantes para quien nos haya colocado aquí. 

 

Así, o más o menos así, sería nuestra cosmovisión si nos dejásemos guiar por las apariencias y viésemos el mundo como lo vieron nuestros antepasados remotos, sin ciencia ni tecnología, sin ayuda de telescopios, tan solo con el ojo desnudo.

 

Definitivamente, nuestros sentidos no son de fiar; el mundo no es lo que parece.

 

lunes, 1 de abril de 2024