Me lo he preguntado constantemente.
¿Qué quieres?
Me siento a la deriva en un mar oscuro,
la niebla no me deja ver el horizonte.
Perdido, sin rumbo,
imagino que la luna es un ojo tuyo
que me mira por las noches
cuando estoy por rendirme
y de día el sol es tu otro ojo
cuando el ímpetu de mi determinación
me fuerza a continuar vagando.
¿Qué quieres?
Yo estoy aquí,
pero te empeñas en hacerme buscarte
con tal vehemencia
que me hace dudar que quieras que te encuentre
pero, me culparás si fallo
algo se ha quebrado.
Pues bien, piérdete si quieres,
y yo, quizá te busque.