La lluvia cae inclemente
sobre la tierra sedienta,
para revivir toda la vida
que sorpresivamente despierta.
La lluvia y sus beneficios
llega formando una fiesta
y los pajaritos felices
conforman su gran orquesta.
Los sapitos en los pozos
entonan su original sonido
y las sábanas y montañas
van cambiando su vestido.
Las flores dan al paisaje
una alegría multicolor,
impregnando el paisaje
con su agradable olor.
Los ríos y manantiales
son los más beneficiados,
por la milagrosa lluvia
que los ha repotenciado.
Y los que siembran la tierra
le dan la gran bienvenida,
porque saben que la lluvia
es la dadora de vida.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,08/02/2024.