GUITARRA
Por musa del poeta y la cigarra
del triste y del bohemio marinero
una y ciento le debo y puedo y quiero
cantarle este soneto a la guitarra.
Sonido que emociona y que desgarra
la pena con su tono y su salero
caja de música, imán y sonajero
latido inseparable de la farra.
Tú que fuiste ya un sueño en mi lactancia
saber en mis periplos escolares
y la novia más bella de mi infancia.
Mis dedos convertiste en malabares
mi oído en un estanque de fragancia
y mi sino en ser trovador en bares.
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