En el colegio os han pedido que le hagáis una entrevista a algún ascendiente directo vuestro, ya sea padre, tío o abuelo, en la que debéis hacerles algunas preguntas acerca de como vivían cuando tenían vuestra edad, escribiéndola primero en un folio, y gravándola en vídeo después para que las podáis ver en clase. Creo que es un ejercicio bastante didáctico, que os ayuda a conocer mejor nuestros hábitos en un tiempo muy distinto al actual. Yo te hablo mucho de mi infancia, como supongo que cualquier padre o abuelo a sus hijos o nietos, pero el hecho de compartir vuestras entrevistas con los compañeros en clase os ayuda a tener diversos puntos de vista para haceros una idea general de como vivíamos hace 30 o 40 años. Aunque hay cosas que no cambian con el paso de los años, pienso que el cambio más significativo desde entonces ha sido la irrupción de la tecnología. Tú me has hecho a mí la entrevista, y tras una breve presentación, has comenzado a hacerme preguntas:
-Yo: Entrevistadora, espero que las preguntas no sean muy difíciles...
-Tú: Tranquilo, que seguro que te las sabes. Vamos allá: Cuando eras niño, ¿Vivías en el campo o en la ciudad?
-Yo: Vivía en en el campo, en un pequeño pueblo de montaña.
-Tú: ¿A qué jugabais?
-Yo: Entre otras cosas, a subirnos a los árboles, a meternos en las cuevas, a bañarnos en las balsas en verano o a escalar por la montaña.
-Tú: ¿Cómo era tu colegio?
-Yo: Al tratarse de un pueblo pequeño, había pocos niños y el colegio solo tenía 3 aulas y en cada una estudiábamos 3 cursos. Era un edificio de 2 plantas: en la planta baja era para las aulas y la segunda planta estaba habilitada como viviendas para los maestros, porque algunos venían de fuera y para no estar todos los días haciendo viajes, se quedaban a vivir en el colegio. Era algo habitual en los pueblos, y se conocía comunmente como casa-escuela. Como mi padre fue maestro y dio clase allí durante un tiempo, mientras no nos hacían la casa, estuvimos viviendo en el colegio durante un curso más o menos.
-Tú: Ah, ¿Sí? Eso suena divertido.
-Yo: Pues sí. Todas las mañanas, para ir al colegio, no tenía ni que salir a la calle. Salía de casa, bajaba unas escaleras y en menos de un minuto había llegado al cole. A la hora de almorzar, desde el patio llamaba a mi madre y ella me echaba el bocadillo por la ventana(risas).
-Tú: Y cuando vuestra casa estuvo terminada, supongo que os mudariais. ¿Cómo era la casa?
-Yo: Pues era una casa grande. Lo que más me gustaba era el jardín, con muchas flores y palmeras, y lo que menos es que la casa era tan grande, que un día me perdí en el cuarto de los muebles viejos. Menos mal que el equipo de rescate encontró en uno de los pasillos mi muñeco Payasete, y siguiendo el rastro pudieron dar conmigo. Si a esto le sumamos que oí a mi madre decir muchas veces que estaba hasta la coronilla de una casa tan grande, porque tenía tantas equinas que se pasaba el día quitando telarañas, dede entonces aborrecí las casas grandes.
-Tú: ¿Teníais mascotas?
-Yo: Sí, 2 gatas, madre e hija, que se llamaban Mici y Pati, respectivamente, y un perro caniche negro que se llamaba Nerón. Nerón era un tirano con las gatas y no las dejaba tranquilas. En una ocasión, estaba persiguiendo a Mici a toda velocidad por el jardín y cuando estaba a punto de darle alcance, ella se subió a una palmera y Nerón se dio un topetazo con el tronco. El impacto fue tal, que de la sacudida, se cayeron los dátiles y Nerón quedó enterrado bajo un montoncito de dátiles. Esto no le hizo desistir de continuar persiguiendo a las gatas, pero a partir de entonces guardaba una distancia prudencial cada vez que las perseguía.
-Tú: Vaya con Nerón, menudo sinvergüenza. ¿Practicabas algún deporte?
-Yo: A veces jugábamos al fútbol y a menudo recorríamos el pueblo y sus alrededores en bicicleta.
-Tú: Ésta era la última pregunta. Muchas gracias por contestar y cuídese.
-Yo: Gracias a usted, señorita entrevistadora, y ya sabe que yo me cuido cuidándola a usted.
Lo peor ha sido gravar la entrevista en vídeo. Me ponen de los nervios los ojos de las cámaras, no puedo evitarlo.