Todo tu cuerpo, delgado, tan bello,
la primera vez, que nos conocimos,
todo tu cuerpo, tendido en el suelo,
como surco, listo para sembrar
semilla, de un hombre nuevo,
todo tu cuerpo, quedó
tendido, en el colchón,
cuando lo hicimos,
salió, joven y fuerte,
ese gran niño,
todo tu cuerpo, quedó rendido,
en la cama, que compartimos,
llenos de sueños y frutos maduros,
pero, solo tu cuerpo, quedó conmigo.
©Rosales Alday Javier.