En el curso de la vida,
desde su vientre bendito,
la bondad de mamá,
cobijó el existir familiar.
Amándonos, padres,
hermanos e hijos,
pincelamos la historia filial,
dándole norte, espíritu e identidad.
Ella, del hogar, el alma,
incólume brilla
en el Reino Celestial,
Un día la volveré a abrazar,
cuando Dios disponga
el adiós terrenal.
Familia honorable
del eterno parral,
en fertiles praderas,
perdurable viñal,
pergola, genuino fanal