Las lisuras más ramplonas
tienen su vertedero
en las bocas de la ciudad de Lima
En los abismos crueles
de los manicomios
Ahí, ríe Jesucristo con todas sus gargantas
y riñones zezudos
Sonrisas retorcidas y cínicas
de hombres en moto y auto y yate
Ese chico que asesinó a su madre hoy,
sabía que los narcos extrañan a sus madres
y hermanas...
Las tripas se retuercen ávidas
sanguinolientas
en los cuerpos de las momias
de las radios
Parlamentarios, aprendan a sumar
y a dividir
porque las quincenas
no llegan gratis
Siempre hay un precio para todo
hasta para los besos
y los chistes