jvnavarro

SIEMPRE LOS SUEÑOS VUELAN

 Me he levantado asustado 
todo me parecía una verdad a medias,
y es que esta noche pasada he soñado
con cosas muy serias,
de esas que tienen sustancia
y sin querer te llevan,
de aquí hacia allá
sin necesidad de ningún tipo
de droga psicoactiva, 
ni clase alucinógena, alguna,  de hierba.
Uno recuerda
que solo mastica chicles
y chupa caramelos de menta y fresa.

Me he visto en la resistencia francesa
luchando como partisano
contra tropas invasoras,
ellas en tierras extranjeras.

Y por allí andaba yo
 de carne y hueso, 
y mucha cuerda,
 escribiendo poemas,
desarrollando ensayos,
elevando al grado de ciencia
la cosmética que se usa 
para lavar la imagen 
de una ya pasada guerra.

En esta dilatada noche en estéreo
y sin necesidad de ninguna antena 
veía a Schopenhauer y Nietzche,
con eso que se denomina
la renuncia a la voluntad
y con su existencialismo calavera,
explicando lo que solo interesa
a gente refinada que luego nos la juega.
 
Razonando estaban 
sobre lo que a nadie interesa
y es que sin una buena dosis
 de libertad individual
es imposible gestionar 
otra cosa que no sea
el desdén a todo lo que provenga
de añadir desgracias al mundo 
que nos rodea.
 
Por eso me he vestido de  libertario
en una larga postguerra, 
todo es un absurdo,
los enigmas me aterran.
En estas estaba
para cuando de forma 
repetitiva y terca
un golpe de tos cerca de mi cabecera
envió todo lo que soñaba
 sin dar ninguna respuesta
 a lo que se denomina la puta mierda.
 
De resultas de todo esto queda,
que no soy Albert Camus
que nadie a él 
en esta noche le espera
ni Jean Paul Sartre
con su activismo público
a prueba de cualquier tipo de poema,
ni por supuesto la gloria eterna,
que solo se encuentra allí donde
otros piensan
que la fe después de la muerte toma forma.