Las campanas ya no tocan.
De Mauricio Poves.
Las campana ya no tocan
al alba, de madrugada,
ni cuando es medio el día,
ni cuando el día se apaga.
Algo falta en el ambiente,
algo queda de añoranza
a esas horas en Villares,
en sus campos y en sus auras.
El ángelus matutino
a despertar ayudaba
al que le esperaba un día
de arado o de caza.
Al medio día el calor,
la trilla, siega y labranza
pedían alivio al trabajo
cuando el ángelus sonaba.
Y ya caída la tarde,
todos de regreso a casa
recreaba sus oídos
el tañír de las campanas.
Así fue por mucho tiempo,
tres veces al día invitaba
a la oración, al silencio,
al descanso y la holganza
Pero ahora ya no se oyen
a esas horas las campanas.
El ángelus se ha perdido,
queda solo la añoranza.
Rec, por AASS (Carrizo) abril de 2024