Si alguna vez miras que lloro
y el llanto sale de tristeza
amiga mía, con franqueza,
la culpa es mía, pues te adoro.
Si con mi llanto yo te imploro
que me regales tu belleza
sabrás que duele tu simpleza
mientras te admiro, cual tesoro.
Amiga mía, cuánto espero
que tú descubras en mi nido
lo mucho y tanto que te quiero,
lo mucho y tanto que he sufrido
por inclemente desespero
si yo tu amor siento perdido.