Quiero escribir algo,
lo que sea...
Algo bonito que acompañe
a este éxtasis de tarde
que ya besa la noche.
Y no...
no tiene nombre.
Templanza arrolladora
que invita a confiar en el espíritu
liberado de cadenas egoicas,
traumas y heridas...
Lo natural es.
Y siempre está siendo.
El acontecer del atardecer
cuando en anochecer
me encuentro.
Luceros libres y contentos
cuando te atreves a vivir tus sueños.
Lo esencial no se puede escribir.
Ni tiene nombre.
La poesía real,
el vacío entre versos.