Allá, atrás del Farolito de la Perdida Esquina,
Se inscribe el Punto y Coma,
De los Melancólicos Tangos que Escribiste
A la Vieja y Nueva Buenos Aires
Que Jamás te Olvidará.
Allá y al Revés de una Cruel Jornada
En la Inalcanzable Esquina de Gaona y Boyacá.
Allí, Se Inspiran estos Versos
Tan Cerca de un Borroso Ocaso,
Y entre los Vagones Ya Muertos
del Tren de tu Vida que ya Fue.
Tangos Muertos,
Que Mudos ya no se Quieren Cantar.
Por esa,
la más Puta Costumbre
Que un día Confesaste
Perdiste Haciéndote el Payaso que Jamás Llora
Amores y amigos
que no Entendieron quien eras en Verdad.
Y así, Lerdamente, Lentamente fuiste Muriendo
hasta que el Hilo de tu barrilete de Versos,
un Día se Cortó.
Tango que Sufre.
Tango que Hiere,
En mi Buenos Aires
que Extraña tu Cantar.
Cantor, Poeta Equilibrista,
Que quiso ser Gardel.
Honraste a mi Buenos Aires
Desde el Atroz Asma
de los Sones Estridentes,
de un Viejo Bandoneón...
(Patricia inspirada en tangos)