El frío tenaz de la noche invernal
había congelado el baile acuático de la fuente,
cual un vestido de diamantes,
el agua cristalina congelada
en forma de cascadas petrificadas.
*
Con una sonrisa me miró,
apurada sus guantes los quitó,
con sus manos cálidas
mis entumecidos dedos acarició,
resucitando la vida corriendo por mis venas.
*
Un brazo por su cintura puesto
aún más cerca nos miramos,
un sentimiento de sublimidad mi alma alimentó,
mientras copas de nieve sus pestañas bautizaron
y sus labios temblaron con anticipación
del beso sensual, que con pasión le di.
*
David Arthur ©®
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