Yo vengo de la tierra y por la tierra
fui gestado. No tengo más raíces
que el reino reservado a las lombrices
ni el látigo del dios carnal me aterra.
Luchar por la apariencia es una guerra
ligada a las profundas cicatrices
abiertas en el tiempo por deslices
de quien entre ambiciones su alma encierra.
Como el agua, desaparezco bajo
la tierra y al brotar me reanudo
trazando hacia las nubes un atajo.
De minerales vírgenes mi escudo,
sobre un corcel de polvo y rocas viajo
y fuera de la tierra soy menudo.