Llaneza

El cuerpo al desnudo

Es obra de la divinidad,

con un manto invisible

le cubre la vergüenza ajena.

 

Al ostentar la desnudez;

las miradas hablan por sí solas

sobre sus preciados tesoros.

 

En el torbellino de la psiquis

surgen escenas eróticas,

convergen con lo puro y profano.

 

La libido a flor de piel 

con el efluvio y el sabor a sexo,

a los sentidos trastoca.

 

La eyección del clímax sexual

rompe el cristal del silencio,

al entrar en el mundo idílico.