De pronto escuché que el viento
con los árboles, cantaba.
Tan recio, el viento soplaba,
que entraba hasta el aposento.
Y vino ese pensamiento
que arropa como un abrigo
que, superar no consigo…
¿Por qué soplará tan fuerte
el viento? ¿Será mi suerte,
que el viento venga contigo?
¡Y el viento siguió soplando!
No sé, qué diantres pasaba.
El viento recio pegaba
y seguía musitando:
¿Acaso viene anunciando
que ella volverá conmigo?
¡Ah, carajo, qué castigo!
Sé que el viento pasará,
sé que nunca volverá...
¡Y olvidarla no consigo!