Jorge L Amarillo

LA TARDE SE VISTIO DE LLUVIA

La tarde se vistió de lluvia
y mi alma se vistió de tristezas,
al abandono de mi propia nostalgia
solo me vienen los días de ausencia.
 
Renace en mí toda la angustia
que no es una invisible pasajera,
ella está aquí alrededor de mi
y de su mano a lo incierto me lleva...
 
Hay solo plenitud en el silencio
y no hay vida en mi sombra ya muerta,
en un telúrico brote de misterios
me arrastro solo entre todas mis penas.
 
Estalla mi alma en lo profundo
se amargan mis labios que no besan,
y el tiempo que mueve al mundo
mueve lo perdido que de nuevo llega.
 
Fugan de mí mis propios sueños
como una luna entre brillosas estrellas,
estoy conociendo mis ocultos límites
donde están mis propias fronteras.
 
Mis ambiciones y mis emociones callan
y solo hay una soledad que me espera,
mientras mi espíritu solo palpita
al mismo instante que nace este poema...
 
Se funden en mí las tempestades
pero es esta realidad toda mi certeza
y mis ideas suicidas, qué fugaces
adelante de mí, las mismas se presentan.
 
Todo me invade hasta el mismo aire
y siento en mí la furia de esta tormenta.
Mientras la lluvia viste a la tarde
yo voy desnudando mis miserias...